
La cuestión de los derechos humanos ha sido durante mucho tiempo una herramienta utilizada por el Frente Polisario para promover su agenda separatista, apoyada por el régimen Argelino, que no ha escatimado esfuerzos para explotar a las organizaciones internacionales de derechos humanos, mediante presiones y financiación, para promover reivindicaciones basadas en lemas falsos que no tienen base en la realidad. Sin embargo, el observador imparcial se dará cuenta de la magnitud de la flagrante contradicción entre las reivindicaciones de este frente y lo que realmente sucede en suelo marroquí, en sus provincias del sur. El Reino de Marruecos sigue consolidando un enfoque pionero en materia de derechos humanos a través del Consejo Nacional de Derechos Humanos y sus comités regionales, mientras que la trágica situación prevalece en el interior de los campamentos de Tinduf, convertidos en un espacio cerrado para la violación de todas las convenciones internacionales en medio de un escalofriante silencio internacional y una complicidad flagrante.
Lo que ocurre dentro de estos campos sólo puede describirse como una completa tragedia humanitaria. A los detenidos se les niegan sus derechos más básicos a la libertad de movimiento, a la libertad de expresión y a un nivel de vida digno, mientras son sometidos a una estricta vigilancia por parte de las milicias del Polisario, que están armadas y apoyadas logísticamente por el ejército argelino. Estas condiciones han alcanzado un nivel extremadamente peligroso en las últimas semanas, ya que los campamentos fueron testigos de una ola de protestas pacíficas organizadas por jóvenes y residentes del campamento, exigiendo su legítimo derecho a regresar a su patria y rechazando su continua detención forzada por una banda terrorista que no los representa y está explotando su presencia como una herramienta para chantajear a la comunidad internacional y drenar la ayuda humanitaria.
Cada respuesta a estas demandas pacíficas fue sangrienta: las milicias armadas, en connivencia directa con el ejército argelino, reprimieron a los manifestantes con munición real. Esto quedó documentado en vídeos filtrados que circularon ampliamente y que revelan escenas horribles de represión sistemática. En uno de los incidentes más horribles, soldados argelinos rodearon a un grupo de jóvenes manifestantes y abrieron fuego contra ellos, matando a un joven, Sid Ahmed Bilali, e hiriendo gravemente a otros nueve. Esta escena conmociona la conciencia humana y expone el verdadero rostro represivo de esta alianza terrorista.
El crimen de hoy refleja una larga serie de violaciones que tienen lugar en los campos, y que van desde diversas formas de detenciones arbitrarias hasta crímenes de tortura y violación, pasando por prácticas inhumanas como el secuestro de niños, su separación de sus familias, su reclutamiento forzado en milicias armadas o su envío a centros de adoctrinamiento ideológico hostiles dentro de Argelia. ¿Hay injusticia y terrorismo más atroz que éste?
La realidad en los campamentos de Tinduf expone la falsedad de las afirmaciones que Argelia y el Polisario intentan vender al mundo, revelando que estas personas no son refugiados, como afirman, sino rehenes mantenidos bajo arresto domiciliario a punta de pistola. La insistencia de Argelia en negarse a permitir que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) realice un censo completo de la población de los campamentos es una prueba concluyente de la naturaleza inhumana de esta detención masiva y de que el objetivo no es proteger a los refugiados, sino más bien explotarlos como moneda de cambio política en un conflicto que sólo sirve a los intereses de Argelia y perjudica al terrorista Frente Polisario.
Es vergonzoso que los organismos internacionales de derechos humanos opten por el silencio o la complicidad y encubran crímenes contra la humanidad que se cometen a diario en la mayor prisión del mundo, los campos de Tinduf. ¿El logro de la justicia internacional se ha vuelto dependiente de organizaciones de derechos humanos pagadas que abren sus cabinas a quien pague el precio más alto para lograr sus intereses políticos, incluso si eso significa usar la carta del terrorismo? ¿Por qué organizaciones como éstas siguen centrándose en Marruecos, un modelo regional de reforma de los derechos humanos? ¿No es esta una razón para reconsiderar la credibilidad de estos partidos y sus motivos ulteriores?
Hoy, a medida que aumenta la ola de rechazo en los campamentos, se ha hecho evidente que los habitantes de Tinduf ya no están dispuestos a vivir bajo la opresión, las violaciones y el terrorismo, y que están alzando sus voces para exigir la libertad y el retorno a su patria, Marruecos. La continuidad de estos campamentos sólo sirve a la milicia terrorista del Polisario, que no tiene ninguna legitimidad ni derecho a reclamar ningún derecho, y el régimen argelino, que los utiliza como arma para avanzar sus agendas regionales a costa del sufrimiento de un pueblo indefenso, está ahora acusado por la comunidad internacional de patrocinar el terrorismo.
En conclusión, es hora de intervenir inmediatamente para desmantelar los campamentos de Tinduf y poner fin a la detención de miles de personas inocentes. Lo que ocurre en Tinduf ya no es un secreto. Fotografías filtradas, testimonios en vivo y videos horribles confirman que los campos no son más que un símbolo de un crimen continuo contra la humanidad cometido dentro del territorio de un Estado que patrocina el terrorismo y emplea organizaciones terroristas, lideradas por el Frente Polisario, para desestabilizar la seguridad y la estabilidad del Sahel, Occidente y el Norte de África.
El Sr. Al-Hussein Bakkar Al-Sabai
es abogado e investigador en inmigración y derechos humanos.
Especialista en el conflicto del Sahara.
Primer Vicepresidente del Observatorio Nacional de Estudios Estratégicos.