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Entre el Martillo de Washington y el Yunque de Argelia, Túnez se enfrenta a una prueba de soberanía.

Fuentes bien informadas han revelado que Argelia está ejerciendo una fuerte presión diplomática sobre Túnez para convencerle de que acepte a miembros de la milicia del Frente Polisario. Esto ocurre en medio de un tenso contexto político regional, que coincide con fuertes indicios de que la administración estadounidense está avanzando hacia la designación del movimiento separatista como una organización terrorista.

Esta nueva medida argelina se produce después de una serie de reveses diplomáticos sufridos por el régimen argelino en el escenario internacional debido a su apoyo abierto y continuo a grupos armados involucrados en actividades sospechosas. Esto ha llevado a varios países a expresar posiciones explícitas de apoyo a la integridad territorial de Marruecos y de rechazo al separatismo y al extremismo.

Las mismas fuentes explicaron que el régimen argelino está intentando explotar la crisis política en Túnez, donde el presidente Kais Saied enfrenta una creciente presión y protestas populares en medio de crecientes acusaciones de su subordinación al establishment militar argelino. Según las mismas fuentes, Argelia pretende aprovechar la fragilidad de la situación política en Túnez para avanzar en su agenda regional imponiendo la presencia de elementos del Frente Polisario en suelo tunecino.

Los observadores creen que cualquier paso en esa dirección podría exponer a Túnez a posiciones internacionales difíciles, especialmente con las crecientes advertencias de Estados Unidos contra el apoyo a los grupos armados y las claras señales de Washington de que la era de tolerancia hacia los grupos separatistas ha terminado y que quienes continúen apoyándolos sufrirán las consecuencias legales y diplomáticas.

Este plan argelino llega en medio de un creciente aislamiento regional e internacional del régimen militar liderado por Abdelmadjid Tebboune, tras la creciente condena internacional a su apoyo a grupos extremistas y sus intentos desesperados por encontrar una salida a través de Túnez, una medida que los analistas consideran una apuesta diplomática riesgosa.

Por otra parte, se espera que esta escalada abra un nuevo capítulo de tensión en la región del Magreb, especialmente si se imponen sanciones internacionales a los países que albergan o financian a organizaciones terroristas. Esto podría incluir a Argelia, en particular, si el Polisario es designado oficialmente como organización terrorista .

Ag

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