
En una escena histórica, el Frente Polisario asistió a la Conferencia de Mujeres Socialistas en Turquía como un organismo regular, sin “república”, representantes oficiales o símbolos especiales. Los organizadores lo ubicaron en su tamaño natural y con su símbolo real (FP), junto a una delegación representante del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP), cada uno sosteniendo un cartel con el nombre “Sáhara Occidental” seguido de las abreviaturas de sus nombres (FP y MSP), en un claro reconocimiento de que la representación saharaui ya no es dominio exclusivo de nadie.
Este cambio marcó el fin de una larga historia de engaños y calumnias por parte del Frente Polisario, que pretendía ser el único y legítimo representante del pueblo saharaui. Esto fue particularmente cierto dada la importante presencia de mujeres de las provincias del sur en la delegación del MSP, lo que fue una clara sorpresa para los representantes del Frente.
El shock fue fuerte para el Polisario, sus representantes e incluso sus seguidores en los campamentos, ya que las redes sociales y la mensajería instantánea se llenaron de mensajes de descontento y pesar por el estado del Frente Polisario y la entrada de nuevos actores en el terreno, que eliminaron décadas de monopolio del Polisario sobre la representación del pueblo saharaui. Los seguidores del Polisario no aceptaron que el movimiento que había dominado los foros internacionales quedara ahora reducido a dos letras en un papel, compartiendo mesa con aquellos cuya existencia había negado, en otra declaración internacional del inicio de una nueva fase que reconoce el pluralismo y rechaza el monopolio de la voz saharaui por un partido.
La Internacional Socialista envió un mensaje claro desde Turquía, que será adoptado en el futuro por muchos organismos y organizaciones internacionales: de ahora en adelante, la representación es para los que están presentes, no para los que dicen estarlo. Este cambio, aunque a algunos pueda parecer un mero detalle, se considera un hito histórico en el camino hacia el fin de la tutela intelectual y política impuesta por el Polisario durante décadas.
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