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El régimen argelino está revisando el coste de apoyar al Polisario.

El punto los detalles
Reducción del apoyo financiero Argelia redujo su apoyo al Frente Polisario de 180 millones de dólares a menos de 120 millones.
Medidas de austeridad Implementar una política de racionalización del gasto público con un aumento salarial de 600 mil millones de dinares.
Transformación estratégica Argelia está avanzando hacia un nuevo realismo político en sus relaciones con el Frente Polisario.

 

El régimen argelino ha comenzado a sentir la carga financiera de apoyar al Polisario durante medio siglo. Se ha gastado una gran cantidad de dinero que podría haberse utilizado para hacer progresar el país y el bienestar del pueblo argelino. Hoy empieza a darse cuenta de que sus ambiciones se están evaporando.

Tras el anuncio del Frente Polisario de poner fin a las funciones de su embajador en Argelia en el marco de lo que llamó una «reestructuración interna», la plataforma argelina «Panasa» publicó un informe que indica que el gobierno argelino había reducido sus gastos relacionados con el apoyo exterior, en particular los presupuestos asignados al Frente, que durante décadas había recibido una generosa financiación, incluidos salarios, alimentos, infraestructura y propaganda política. Según fuentes consultadas, el apoyo anual al Frente ascendió a aproximadamente 180 millones de dólares en los últimos años, antes de disminuir a menos de 120 millones de dólares en el proyecto de presupuesto de 2025.

Esta reducción se inscribe en el contexto más amplio de las medidas de austeridad adoptadas por Argelia; El Proyecto de Ley de Finanzas 2025 indica un paso hacia la racionalización del gasto público y el estímulo de la actividad económica, con un enfoque en la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Según se informa, Argelia ha decidido inyectar 600.000 millones de dinares adicionales (4.500 millones de dólares) en la masa salarial para cubrir el coste de los aumentos salariales en una serie de sectores y nuevos puestos de trabajo. El monto total, 5,34 billones de dinares (40.000 millones de dólares), representa el 34% del presupuesto estatal.

Esta reducción del apoyo externo, en particular al Frente Polisario, se considera parte de una reevaluación de las prioridades del gasto público a la luz de los desafíos económicos y financieros que enfrenta el país.

Los indicadores financieros actuales muestran que las reservas de divisas de Argelia han disminuido drásticamente, pasando de 194.000 millones de dólares en 2014 a aproximadamente 60.000 millones de dólares a principios de 2025. Esto refleja las crecientes presiones económicas que enfrenta el gobierno en esta etapa.

Revisión de costos

Hassan Al-Idrissi, investigador del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Ibn Zohr de Agadir, considera que la reducción de las asignaciones financieras de Argelia al Frente Polisario no puede considerarse únicamente desde una perspectiva económica, sino que conlleva indicios de un cambio estratégico en el enfoque del Estado argelino sobre esta cuestión. Después de décadas de gasto abierto e incondicional, parece que el establishment militar, como autoridad que tiene las riendas de la política exterior, ha comenzado a revisar el costo de un compromiso de largo plazo con el frente a la luz de las transformaciones regionales e internacionales en curso.

En declaraciones al periódico electrónico Hespress, Al-Idrisi explicó que este cambio refleja una tendencia creciente hacia el realismo político en los círculos de toma de decisiones argelinos, en particular después de la acumulación de fracasos en las apuestas por la carta separatista en los foros internacionales, en contraste con el rápido ascenso diplomático de Marruecos en África y América Latina. Añadió que las autoridades argelinas se han dado cuenta de que seguir financiando un proyecto que no goza de un amplio reconocimiento internacional podría debilitar su posición negociadora y acarrear graves consecuencias financieras y políticas.

El mismo portavoz enfatizó que «la nueva situación exige que Argelia reconsidere sus prioridades internas, ya que la opinión pública se ha vuelto más sensible al gasto de los fondos públicos, lo que explica el grado de incomodidad política que enfrentan las autoridades a la hora de financiar una entidad que carece de consenso interno y no obtiene resultados diplomáticos tangibles».

Al-Idrisi concluyó su declaración advirtiendo que esta tendencia podría ser un indicio del comienzo de un cambio en la posición de Argelia sobre el tema, aunque sea lento e implícito, enfatizando que «cualquier cambio radical sigue dependiendo de la evolución del equilibrio de poder sobre el terreno y de la capacidad de Marruecos para fortalecer su presencia diplomática en la Unión Africana y otras organizaciones internacionales».

carga silenciosa

Por su parte, Abdelkader Fassi El-Fihri, profesor de ingeniería económica en la Universidad Euromediterránea de Fez, considera que la continua inversión argelina de enormes sumas en un proyecto que no genera ningún rendimiento directo para la economía nacional es un ejemplo clásico de lo que los economistas llaman «gasto político improductivo». Dijo que la transferencia de más de 1.300 millones de dírhams marroquíes anualmente a una organización armada que no está sujeta a rendición de cuentas institucional y no participa en la economía formal representa una carga cada vez mayor para el tesoro estatal.

En declaraciones al periódico electrónico Hespress, Fassi El-Fihri explicó que la economía argelina se basa en una estructura rentista que depende casi por completo de los ingresos de los hidrocarburos. Esto hace que cualquier obligación financiera externa, no relacionada con la producción o el comercio de valor agregado, sea una carga estructural difícil de sostener, especialmente durante períodos de recesión. Subrayó que las políticas públicas en Argelia se han vuelto más sensibles al déficit y a las tasas de crecimiento, lo que hace imperativo reconsiderar la financiación de proyectos que no sirven directamente a la estabilidad económica y social.

El profesor de Ingeniería Económica agregó que este cambio no debe verse sólo en su contexto coyuntural, sino como un indicador del inicio de una reestructuración del presupuesto estatal, donde los recursos se orientan hacia sectores productivos y áreas con beneficios sociales. Señaló que «el coste político de apoyar al Polisario ya no se limita a su dimensión diplomática, sino que se ha ampliado hasta convertirse en un factor interno que amenaza los equilibrios macroeconómicos, especialmente con el aumento de las reivindicaciones sociales y las tensiones callejeras».

Fassi Al-Fehri concluyó su declaración diciendo: «La lógica de la ingeniería económica exige una revisión exhaustiva de la naturaleza del gasto público, orientándolo hacia el estímulo de la inversión, el empleo y la producción, en lugar de hacia la financiación de proyectos que, según la experiencia, no generan ningún rendimiento económico y, de hecho, agotan recursos vitales que podrían ser más eficaces si se invirtieran dentro de las fronteras nacionales».

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